“Siéntese en las primeras filas, siéntese en las primeras filas”, repite con la vista en la nada un hombre parado en el ingreso del foro, como autómata bajo programación.
Esos fueron los efectos que sufrió “Martín” después de ingresar a un curso de Mexworks, en un hotel lujoso de Guadalajara.
“Martín”, junto con “Roberto”, son dos informantes que tras conocer las redes operativas de Mexworks, empresa que vende cursos de “superación” humana, decidieron encubrir su identidad.
“Desde el primer curso te hacen firmar un contrato de silencio. Te exigen mantener confidencialidad, no divulgar nada de lo que ahí pase, no grabar ni tomar notas, no hablar con ‘los vecinos de silla’, no beber agua ni decir ‘salud’ al que estornude”, explica “Martín”, quien solo tomó el primer nivel.
“Roberto” cursó los primeros tres niveles.
Pagó en total 16,500 pesos. Estaba cada vez más confundido. Encima de todo, lo hicieron sentir “una mierda inútil y bueno para nada”.
Para resolver sus dudas acerca de la actuación de esta empresa, ingresó a internet y descubrió información sobre los fraudes atribuidos a la compañía, tanto en Chile como en Argentina.
El miedo a la compañía tiene su origen en que “los tipos manejan millones de dó- lares” y además conocen casi todo lo relacionado con sus clientes: “te hacen llenar un contrato con santo y seña de quién eres, qué haces, cuáles son tus sueños, miedos, frustraciones, metas y compromisos. También tus teléfonos y los de tus familiares”.
Quien llega al primer curso lo hace por invitación directa de un conocido, amigo, vecino o familiar.
Su método de ventas maneja conceptos como “Será lo más trascendente de tu vida”, “Te aseguro que no vivirás nada igual” o “Lo que sabes ahora no se compara con lo que aprenderás ahí”.
La mayoría de los que empiezan el primer nivel, se enteraron de Mexworks a través de un egresado, quien insiste hasta la saciedad que tome el curso. En muchos casos hasta ofrecen el dinero al invitado para cubrir el costo.
“Sergio”, otro informante, llegó por invitación de una prima cercana. Confió en ella, en sus palabras, tanto, que cursó los tres niveles.
La última vez que “Sergio” estuvo en una sesión de Mexworks, fue la noche en que chocó su auto. Sus amigos, “Martín” y “Roberto” no volvieron a saber de él, hasta unos días después, que lo encontraron en un hospital psiquiátrico de Guadalajara, sedado y fuera de sí.
“La gente que asiste, trabaja. Sin embargo, te hacen desvelar, te dejan tareas que debes cumplir. Te cansan mental, física y emocionalmente. Dominan bien las técnicas para manipularte. Te humillan, regañan y manejan tus sensaciones”, explicó “Martín”.
No tienen un sitio fijo para “dictar” sus conferencias.
Igual puede ser en la Cámara de Comercio, que en el hotel Intercontinental.
Si quieres saber qué es Mexworks, el curso Intro tiene un costo de 5,500 pesos.
El segundo nivel, llamado EIP (experiencia interpersonal) cuesta 8,000 pesos. Para graduarse hay que tomar el nivel GAP y pagar tres mil pesos.
Según el nivel de fanatismo, los “egresados” podrán ingresar al “máster” y luego los elegidos trabajarán gratis como parte del personal directivo de la empresa, para que reclute a más clientes y extienda la semilla de la “redención” a otros estados o países.
Los cursos son miércoles, jueves y viernes, a partir de las 18:00 horas, hasta después de la medianoche. A veces dan las 2:00 o 3:00 de la mañana, de acuerdo con “Roberto”. Los sábados empiezan desde el mediodía, para concluir a medianoche. El domingo todo el día.
Durante ese tiempo, los participantes realizan ejercicios en grupo, en los que “te hacen sentir un imbécil frente a todos, modifican tus horas de sueño, impiden que estés con tu familia, para que busques dinero para el próximo curso o para que te dediques a invitar a otros”.
“Utilizan la catarsis. Primero te hacen maldecir todo y luego lloras de alegría. Son situaciones extremas y enfermizas”.
Cada semana juntan en los cuatro niveles a cientos de personas. Todos pagan. De acuerdo con “Martín”, hay grupos de 150 hasta 300 asistentes. Al finalizar deberán enrolar a otros. Al concluir el tercer nivel es obligatorio llevar por lo menos a dos nuevos participantes.
“¡Estoy encantada!”, es la expresión común de una de las chicas que termina el curso, describió “Roberto”. Y es cierto.
Según estudios realizados por científicos que participaron en Argentina Works, la empresa sectaria utiliza métodos de manipulación y control mental.
Los informantes “Martín” y “Roberto” reconocieron varios: hipnosis a través del audio, imágenes o mensajes verbales, supresión del sueño y restricción nutritiva. Sistema de premios y castigos. Información contraria y opiniones confrontativas quedan prohibidas. Crean en el asistente un sentido de insuficiencia, además de humillarlo “por su falta de compromiso”. Propician estados de intensa culpabilidad, ansiedad.
También reconocieron técnicas de “lavado cerebral”, propuestas por el psiquiatra de Harvard, Robert Lifton, como son el control de la atmósfera social y de la comunicación humana, por ejemplo, evitar el diálogo entre los asistentes y no dar tiempo a la reflexión.
Completa el “panorama” la manipulación mística, es decir, construir ambientes espirituales. Redefinen el lenguaje para controlar el pensamiento. Con la confesión pública rompen los límites de la intimidad.
Mexworks opera en Monterrey y la ciudad de México, además de hacerlo en el sur del continente americano por medio de Argentina Works, Chile Works, en el Oriente a través de Asian Works.
Periodistas e investigadores argentinos han denunciado los daños que varias personas sufrieron en su país por motivo de los cursos que promueve la empresa.
Destacan que quienes se someten a dichos talleres “sufren un vacío que puede ser nefasto y llevarlos al suicidio, como ha ocurrido en Estados Unidos”.
La dirección electrónica http:// investigacionsectas.galeon.com., refiere la situación de quienes fueron “humillados hasta el hartazgo, los que tuvieron descompensaciones psíquicas o crisis emocionales severas o los familiares, novios, novias y amigos que observan cómo esa persona querida va perdiendo el carisma que tenía antes de empezar el curso”.
Como dijo “Roberto”: “Para Mexworks y sus enajenados, personas como yo, como “Martín, o como “Sergio”, que cayó en el psiquiátrico, somos pura mierda, porque supuestamente no cumplimos ‘nuestros compromisos’, somos bullshit, que es la palabra que ellos meten en la boca a sus masas”.